La inyección intracitoplasmática de los espermatozoides (ICSI) es una técnica de reproducción asistida que hace parte del tratamiento de fertilización in vitro para lograr embarazos exitosos principalmente en parejas donde existe una alteración importante en la calidad de los espermatozoides.
En los procedimientos de reproducción asistida existen dos formas de fecundar los óvulos:
Fertilización in vitro convencional:
En donde en unas micro gotas de medio de cultivo se unen los óvulos y los espermatozoides para que uno de ellos atraviese la capa que rodea el ovulo y logre entrar para producir la fecundación.
Fertilización in vitro con ICSI:
Se inyecta con la ayuda de un microscopio especializado un espermatozoide al interior del ovulo para que se produzca la fecundación.
Las principales indicaciones para realizar un ICSI son:
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Disminución importante en la cantidad, motilidad y morfología de los espermatozoides.
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Hombres con ausencia de espermatozoides debido a cirugías previas como la vasectomía (hombres con vasectomía).
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Hombres con enfermedades infecciosas o inmunológicas.
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Pacientes con disfunción en la eyaculación causadas por eyaculación retrograda o paraplejias con daño neurológico.
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Pacientes que congelan el semen antes de ser sometidos a tratamientos de quimioterapia o radioterapia.
En el laboratorio de Fertilización in vitro los óvulos que se obtienen después de la estimulación de los ovarios son analizados al microscopio para determinar cuales de ellos son maduros. Esto debido a que solo estos óvulos permitirán ser fertilización por la técnica de ICSI.
El ICSI consiste en inyectar atravez de una micro pipeta un solo espermatozoide en el interior de citoplasma del ovulo.
La fecundación se determinará el día siguiente para determinar posteriormente cuantos embriones podrán ser transferidos al útero.