La fertilidad en las mujeres suele alcanzar su punto máximo entre los 20 y los 30 años. A partir de los 35 años, la fertilidad comienza a disminuir de manera más significativa. Sin embargo, muchos no saben que la fertilidad masculina también se ve afectada por la edad, con una disminución en la calidad del esperma a partir de los 40 años.
Un ciclo menstrual promedio dura alrededor de 28 días, pero puede variar entre 21 y 35 días en mujeres sanas. La ventana fértil (los días en los que es más probable concebir) generalmente ocurre entre el día 12 y el día 16 del ciclo.
Aproximadamente el 10-15% de las parejas en el mundo experimentan infertilidad. Contrario a la creencia popular, los problemas de fertilidad afectan tanto a hombres como a mujeres por igual. En alrededor del 30% de los casos, la causa de la infertilidad está relacionada con factores masculinos.
Una vez dentro del tracto reproductivo femenino, los espermatozoides pueden vivir hasta 5 días, lo que significa que el período fértil de una mujer puede durar varios días.
Las mujeres nacen con aproximadamente 1 a 2 millones de óvulos, pero para la pubertad solo quedan alrededor de 300,000 a 400,000. De estos, solo unos 400 a 500 serán ovulados durante la vida reproductiva de una mujer.
La fertilidad puede estar influenciada por factores genéticos. Si una madre experimentó menopausia temprana, es posible que sus hijas también enfrenten una disminución más temprana en su capacidad fértil
Tanto el sobrepeso como el bajo peso pueden afectar la fertilidad. Mantener un peso saludable es esencial para la salud reproductiva.
La producción de esperma en los hombres es sensible a la temperatura. Testículos más fríos suelen producir esperma de mejor calidad. Esto explica por qué los testículos están fuera del cuerpo, en el escroto, para mantenerse a una temperatura ligeramente más baja.
La calidad del semen puede verse afectada por diversos factores como la dieta, el estilo de vida y la exposición a toxinas. Sin embargo, los hombres pueden seguir siendo fértiles hasta edades más avanzadas.
El estrés puede tener un impacto negativo en la fertilidad tanto en hombres como en mujeres. Puede afectar los niveles hormonales y, en consecuencia, la capacidad para concebir.